
Orígenes: llegan los primeros vecinos del parque Suanzes
Diez años antes de la inauguración oficial del Parque Marqués de Suanzes, se hacía entrega de las primeras viviendas construidas por el Instituto Nacional de Industria (I.N.I.), marcando así la llegada de los primeros vecinos.
Sin embargo, el parque lucía muy diferente con el que vemos ahora. Comenzando por la parte más cercana a la calle Alcalá, se extendían los bloques de viviendas de la calle Puertollano.
Junto a ellos, se encontraba un pequeño estanque desde el que se bombeaba agua hacia unas pequeñas cascadas, localizadas al otro lado de la carretera entre las escaleras, hasta un segundo estanque que se extendía entre las casas de la plaza de Ensidesa.
Así lucia la parte ajardinada de la plaza de Ensidesa y la plaza de Puertollano, en la que se observan los estanques y la cascada. Una estampa que se aprecia algo mejor al recolorear la fotografía.

Si bien ahora ambos están vacíos y parados, con el objetivo de lograr un ahorro de agua, aún se conserva el equipo original de bombeo, con sus bombas, llaves de corte y electricidad.
Otro detalle que destaca de la imagen es el pequeño tamaño de los árboles, dado que toda la zona, incluyendo también arbustos y setos, fueron plantados con motivo de la urbanización del parque, creando así un pequeño pulmón antes ausente en Madrid. Una labor que hoy continúan algunos de los vecinos.
Al otro lado del parque, las plazas Juan Antonio Suanzes y Virgen del Trabajo lucían así, con pequeños árboles y su fuente central, que años después se llenó con peces de agua fría capaces de sobrevivir a los fríos inviernos nadando bajo el hielo que se formaba.
Por aquél entonces, todas las viviendas eran idénticas, y ninguna terraza estaba cerrada. Además, las azoteas de todos los edificios estaban habilitadas con tendederos, en alguna de las cuales aún hay huellas de los hierros que soportaban las cuerdas.



Tomadas en 1961, en estas fotografías familiares se puede apreciar el detalle de los locales aún sin delimitar ni construir.
Al principio no existía lo que hemos conocido como el club, ni ninguno de los negocios que más tarde funcionaron como piedra angular del barrio. Los soportales servían para dar cobijo a los niños que jugaban en los días más lluviosos.
Con el paso de los años, entrando en la segunda mitad de los años 60, el parque Suanzes continuó prosperando.
En esta etapa el barrio comenzó a afianzarse, añadiendo nuevos edificios alrededor de los bloques de casas, creando así un espacio en el que los vecinos podían cubrir todas sus necesidades en tan sólo unos pasos.
En la parte baja de este edificio, ahora ya cerradas y delimitadas, se encontraban el antiguo club de invierno de la Asociación de Vecinos (ahora perteneciente al Grupo Talia) y el supermercado Economato (ahora TDI Sistemas).

También podemos ver la escalera de subida a lo que fue el estanco, junto a la que se plantaron unos pequeños eucaliptos, que actualmente miden más de 25 metros y cuyo tronco se acerca a los dos metros de diámetro.
En la zona de arriba de las plazas estaban los locales que daban servicio al parque: peluquería, farmacia, consulta de médico, pediatra y enfermera, y la oficina de gestión de Suanzes.
Además por supuesto de la iglesia, actualmente todavía en uso, en la que se continúa atesorando la escultura en mármol de la Virgen del Pilar, gran obra de arte del ilustre Juan de Ábalos.
En 1966, ya se apreciaban vehículos y los árboles empezaban a tener mayor porte.

Sin embargo, al otro lado de la avenida del Veinticinco de Septiembre, donde ahora se extienden el Instituto de Educación Secundaria y el Colegio de Educación Infantil y Primaria Marqués de Suanzes, no se encontraban ninguno de estos complejos.
Las primeras clases se impartían en los pisos que ocuparían más tarde las porterías de las plazas, formando grupos diferentes para todas las edades de los niños, tal y como recuentan algunas de las anécdotas de los vecinos.
Actualmente se conservan los edificios, pero forman parte de lo que, con las correspondientes ampliaciones y adaptaciones, dan forma al instituto tal y como lo conocemos.
Por su parte, el colegio tardó un poco más en llegar, construido en el 1977. Hasta entonces, el solar en el que se asienta servía como campo de fútbol y zona de recreo y juegos para ambos niños y mayores.




Como decíamos al inicio, los tiempos y el parque sin duda han cambiado, pero el espíritu de sus vecinos y la comunidad siguen siendo igual de fuertes y unidos que siempre.
Y es que el origen del parque comenzó así, pero ahora es nuestro turno de seguir contando la historia de Suanzes, y a partir de ahora, el protagonista eres tú.