Allá por los 80…

Raquel Galache

Cuando yo era pequeña, soy del 1974, la vida en el Parque Marqués de Suanzes era muy sencilla, agradable y familiar. El parque siempre ha sido como un pueblo: todos nos conocíamos y sabíamos de qué familia éramos y proveníamos.

Apellidos como los Lucas, Moreta, Meroño, Galache, Marín, Antequera, Colás, Pozuelo, Arias, Fonseca, Miragaya, Moris, Malo o Croas, fueron algunas de las familiar pioneras, continuando muchas aún en el parque.

Recuerdo que cuando abrieron la carretera Avenida Veinticinco de Septiembre, que antes estaba cerrada al público con una garita con unas vallas que delimitaban la zona del Parque por donde se entraba, nos manifestamos como barrio unido por defender lo indefendible: la abertura al público por el paso de nuestra avenida.

Y es que esa avenida era por la que todos los niños de Suanzes nos tirábamos con patinetes, bicicletas y patines… y también la principal culpable de nuestras rozaduras y heridas en las rodillas y piernas.

No era raro que, mientras nuestras madres estaban, a veces preparando la cena o a veces sentadas en un banco a hablar con otras vecinas, nosotros bajásemos a la calle a llamar telefonillo por telefonillo a ver si estábamos para salir a jugar y socializar al parque.

Unas reuniones que se repetían a lo grande durante los cumpleaños, que eran siempre en casa junto con todos los amigos.

Raquel Galache Parque Infantil

Cuando íbamos al Colegio algunos chicos salían a comer a sus casas, otros nos quedábamos en el colegio a comer ya que había jornada partida hasta las 17:00 de la tarde.

Durante ese tiempo paseábamos en el colegio dando vueltas al patio o jugábamos a las canicas, peonza, goma, cuerda, clavos e incluso a “churro, media manga y mangantera”.

Por las tardes después de salir de clase, algunos iban a actividades extraescolares, otros hacíamos pandillas entre Juan Antonio Suanzes y Olivas y jugábamos al escondite, la muñeca, beisbol con una pelota de tenis y como palo nuestro brazo, bicicleta.

También recuerdo que cuando pasábamos del Colegio al Instituto, los del Instituto a los primerizos nos hacían chiquilladas, entre otras cosas tirarnos huevos.

Raquel Galache Parroquia Virgen del Trabajo Suanzes

Aunque no todos los recuerdos son de otros niños. En el colegio teníamos los conocidos profesores como Don Tomás, Doña Violante, Pilar Caridad, Doña Juanita, Don Ignacio, Don Antonio y Teresa, Don Ricardo, o la profesora de gimnasia Conchita, que nos hacía hacer el espagar y el sapo.

En la farmacia teníamos a Carmen, con su pelo larguísimo; y en la parroquia Virgen del Trabajo, ahora capilla, a Don José María y más tarde Basilio como párrocos.

Y cómo no, a los anfitriones de la parroquia: Magdalena, Pepita y Román y Mari Carmen, que leían las oraciones. También había un coro parroquial compuesto por unos cuantos chicos y chicas que nos gustaba cantar y tocar la guitarra.

Escrito por Raquel Galache